Inteligencia, competencia y coaching.

Cuando hablamos de inteligencia práctica o como señala Antonio Marina de inteligencia generadora, estamos hablando de resultados. En este sentido Gardner es muy certero con su definición de inteligencia;

«Capacidad para comprender el entorno y utilizar ese conocimiento para determinar la mejor manera de obtener un resultado concreto»

 

3 INTELIGENCIA Y COMPETENCIA

 

Es pues una capacidad de comprensión. La comprensión es la consecuencia de percibir y entender. Así mismo en la propia acción de comprender se genera un conocimiento, es ese conocimiento el que te lleva a emprender una acción.

Esta definición de inteligencia está desnuda de adjetivo, de forma que cada persona en esta comprensión del entorno empleará sus sentidos, talentos e inteligencias destacadas, es entonces cuando hablamos de inteligencias madres (linguistica, logico-matematica, coporal-cinética, visual-espacial, musical, interpersonal e intrapersonal) como de otras inteligencias (espiritual, existencial, holística, moral, sexual, creativa, culinaria, olfativa, intuitiva, ecológica…..), y es que son tantas las formas de acceder a la realidad, como tantas las formas de mejorar nuestro acceso a la percepción del entorno que coaching se muestra como una herramienta útil en la elección de aquella forma que mejor te sirva de conocer esta, tu realidad.

Al mismo tiempo la expresión de la inteligencia lo marca tu inteligencia destacada, aquella que en tí se ha desarrollado en mayor medida, dadas tus propias características personales.

Es a su vez en esta expresión donde haces ver tus propias competencias, aquello que subyace en tí y que te hace competente para el desempeño de una tarea, de forma que en la tarea de comprender este entorno pones en acción tus propias competencias.

La competencia, siempre graduable, siempre identificable, y siempre observable esta formada a su vez por una serie de elementos, entre ellos los motivos que te mueven a actuar en uno un otro sentido, tu propia personalidad, los valores que dirigen tus acciones y las actitudes que muestras frente a la tarea, el propio conocimiento que ya tienes incorporado del cual incluso ni siquiera eres consciente, y las habilidades y aptitudes que has desarrollado.

Date cuenta de la sutileza de cada acción, de todas las posibilidades que barajas en milésimas de segundos y que te llevan a decidir el sentido en la comprensión de tu entorno, tantos aspectos de la realidad que percibes, y date cuenta tantos otros aspectos de la realidad que no los percibes y que ni siquiera a la velocidad que estas operando te da tiempo a percibir.

¿Desearías darte cuenta de alguno de estos aspectos que quedan sin ser percibidos?, ¿cambiaría tu entorno si desarrollas la habilidad para hacerlo?, ¿te animas a despertar esta, tú capacidad de comprender?, ¿te animas a crecer en competencias?.

 


Libro recomendado: La revolución pendiente. Las personas en el centro de las organizaciones. Juan Luis Urcola Tellería

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