Se define creatividad como la generación de nuevas ideas o productos, mientras que innovación es su implementación en una organización de forma que añada valor al producto/resultado de la misma.
Podemos definir orientación al logro como la capacidad de auto dirigirse en aras a la consecución de un objetivo marcado.
A primera vista nada hace pensar que puedan estar conectadas, sin embargo es la creatividad la que determinará el nivel de capacidad de logro.
Las organizaciones en el alcance de sus metas fijan estrategias, se planifican acciones, se definen objetivos frente a los cuales hay actitudes y aptitudes que ayudan a lograrlos. Ponerse en situación de alcanzar estos objetivos, estar dispuesto a realizar esa planificación para alcanzarlos, asumir esa meta como propia son comportamientos que demuestran tener capacidad de logro.
Cuando se da el supuesto de que en la consecución del objetivo sea necesario realizar modificaciones del procedimiento buscando una utilización más eficaz de los recursos, aceptar y realizar estas modificaciones supone un grado más en esa capacidad de logro mostrando un desempeño en esta competencia de mayor exigencia.
Sin embargo, ¿quién es la persona que está siguiendo el procedimiento?, ¿Quién mide el proceso?, ¿Quién mide nuestro comportamiento?…. Aquí es donde la creatividad hace excelente la orientación al logro.
Las modificaciones cuando parten de la persona que ejecuta, mostrándose proactiva frente al proceso, teniendo una actitud de ir más allá que simplemente andar el camino, una implicación proactiva en el alcance del objetivo, su comportamiento muestra mayor capacidad de logro y de capacidad creativa, es la propia persona quien esta innovando en el procedimiento. Estas acciones demuestran conocimiento y competencia, alejándose del desempeño de baja exigencia por tener una actitud de simple obediencia.
Realizar/proponer una modificación en un método/procedimiento supone “estar atento”, tener claro el objetivo y saberse orientado a él o no, con capacidad y voluntad de reorientarse.
La información en relación a los resultados que se van alcanzando puede partir de herramientas de medición ya instauradas en la organización, también puede suponer realizar las mediciones oportunas señaladas en el propio procedimiento, y entonces la creatividad se centra en un juego de combinación de observación, conocimiento, información, actitud y aptitud. Es solo entonces la proactividad en la revisión del procedimiento con una aportación creativa lo que marca una mayor capacidad de logro.
Sin embargo el procedimiento puede carecer de herramientas de medición, puede ser que la información necesaria no esté accesible. Aquí aparece un grado más de creatividad en aquella persona que además de fijarse como meta ese objetivo, diseña mecanismos para obtener información completa y fiable necesaria que le oriente a saber si se acerca al objetivo o no, de forma que su propio comportamiento es redirigido en función de su propia medición de resultados, hacia el objetivo marcado.
Si hay creatividad por tanto, hay orientación a resultados, auto medida, auto dirigida y fijada con propios estándares de calidad, que llevan a un alto rendimiento en la consecución de los objetivos marcados.
Y sin embargo….¿cuantas veces pensamos que alguien que está pendiente de la consecución del objetivo o del procedimiento, revisando el propio trabajo, midiendo, y cerciorándose de que el proceso es eficaz… es realmente creativo?….. Y sin embargo…. ¿suelen esas personas ampliar conocimientos, trabajar con indicadores, evaluar y hacer un seguimiento… aunque no esté escrito ni regulado?
El Journal of Work and Organizational Psychology publicó en el 2014 una tesis en relación a los factores favorables a la innovación en las organizaciones, como autores Silvia da Costa, Darío Páes, Flor Sánchez, Sonia Gondim y Marta Rodríguez. Entre estos factores de creatividad en las empresas sitúan la orientación al logro. Aplicaron el test del efecto binomial de Rosenthal concluyendo que en grupos con personas orientados a la tarea por encima de la media, un 58.5% estará también por encima de la media en innovación, frente a un 41.5% del grupo, que además mostraba menor orientación a la tarea.
Si estamos ante un ser altamente competente en su orientación al logro, estaremos ante una persona que además de trabajar en aras de un objetivo, cumpliendo con altos estándares de calidad y niveles de rendimiento, medidos y demostrados, estará conectado con la visión y la misión en su actitud innovadora llevado por su creatividad, y con la capacidad a través del ejemplo de fomentar esa misma actitud en el resto de los miembros de la organización.
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