Hay diferentes teorías en relación a la creatividad. Sin embargo quisiera hoy traer una sola, la teoría de Rainer Holm Hadulla, en contraposición de los seguidores de Csíkszentmihályi (padre de la teoría del estado de flujo o fluidez como centro del proceso creativo) con unas breves notas de la misma de forma que pueda ser entendida para que cree consciencia en relación a la importancia del conocimiento, de la gestión personal y su implicación en la creatividad.
Parte de desplazar la importancia del momento de la creación de la idea o momento Eureka, hacia otras fases del proceso iniciales como son la preparación y la deliberación. Y centra el origen de la creatividad en un deseo, el deseo a hallar una solución a un problema del cual nos sentimos “encargados a solucionarlo” cuando no es un encargo real.
El modelo de Rainer Holm Hadulla se presenta en 5 fases:
- Fase de preparación.
Después del “deseo” de hallar una solución, centra esta primera fase en la búsqueda y adquisición del conocimiento necesario, y el esfuerzo previo que supone.
Desde el momento en que nos sentimos “encargados de solucionar un problema”, asumimos el roll de aprehendedor de conocimiento, nos centramos en buscar aquellos recursos necesarios para hallar la solución del problema.
Es en esta búsqueda cuando empiezan a aparecer las primeras “ideas” en forma de relación con la solución buscada.
Esta fase es crucial, en ella la inteligencia emocional dará parte del éxito ya que esta etapa exigirá cierto tiempo, durante el cual puede aparecer ansiedad. Será necesario un buen autocontrol para poder dirigir la atención a aquello que es importante, y al mismo tiempo desarrollar la capacidad de discernir lo que no es importante.
Serenidad y paciencia proveerán en esta fase un entendimiento cabal de la información y una asimilación lógica del conocimiento.
- Fase de incubación.
Obtenida la información y el conocimiento necesario, comienza la reelaboración inconsciente del problema, las soluciones irán viniendo en momentos inesperados, de forma que en nuestra mente el problema empieza a ocupar su parte con vida propia. Dejar de pensar en el problema es dejar que el problema se resuelva según va ocupando esa parte inconsciente.
En esta fase la tranquilidad y el dejarse ir permitirá que la idea aflore naturalmente.
El manejo de la calma y la soledad para Rainer Holm en esta etapa es lo más importante, una “experiencia de soledad vivida de modo positivo”, el no hacer nada es al mismo tiempo hacerlo todo en esta fase.
- Fase de iluminación.
Es el momento de la inspiración repentina o momento eureka, que como estamos viendo nada tiene de repentino, sino que ha habido todo un trabajo previo de estudio y preparación.
Fase en la que destaca la prueba y el error, y por tanto es la fase de pasar a la acción con esas pruebas que culminarán en la idea definitiva.
- Fase de realización.
Llegar a hacer realidad la idea, es estar preparados para el fracaso como gran reto de la creatividad. Vuelve a ser crucial en esta etapa una fuerte inteligencia emocional, que nos otorgue perseverancia y paciencia, comprensión y superación de miedos y creencias limitantes.
La decepción es fundamental, genera insatisfacción y ésta es una energía movilizadora a la acción.
La solución siempre acaba llegando, en ocasiones requiere tiempo, un posible sobreesfuerzo, sin embargo siempre se halla tras el esfuerzo, tras la superación de la frustración.
Destaca Rainer Holm que en esta etapa la papelera es la gran aliada de la creatividad, aprender a tomar distancia del proyecto desastroso y perfeccionar el arte de desechar.
Es la fase de perseverancia, significa volver a levantarse, insistir, conjugado con UKEMI, el arte japonés de caer con elegancia y volver a ponerse de pies rápidamente.
Y es que nadie puede vencer a quien siempre se levante con la misma elegancia con la que cae. Desapegarse del fracaso y apegarse al nuevo proyecto es la herramienta.
- Fase de verificación.
Ya tenemos el proyecto, es perfecto para nosotros, sin embargo la meta está aún alejada. Esta es la fase de compartir el proyecto.
Rainer Holm es muy gráfico al señalar que conseguir que una buena idea arraigue es un proceso social y no creativo, algo en lo que nosotros solo podemos influir parcialmente en el proceso.
Por este motivo enamorarse de nuestras propias ideas es una trampa cuando estamos buscando innovación, es la fase de verificar y comprobar si la idea es no solo creativa, sino innovadora, con valor añadido.
En esta fase es necesario buscar la crítica más consciente, que permita introducir las mejoras necesarias que desencadenen en una innovación cierta.
El ser creativo como vemos es verdaderamente entrenable.